Nila Heredia Miranda *

La Declaraci�n de Alma Ata, elaborada el 1978, entre sus reflexiones remarca la necesidad de incorporar a la poblaci�n en el que hacer sanitario, as� mismo amplia su reflexi�n a la necesidad de tomar nota de las particularidades socioecon�micas y culturales de las poblaciones, particularmente las mas pobres, para lograr que la salud llegue a todos con todos.

La Atenci�n Primaria en Salud (APS), lejos de ser asimilada como una estrategia, en general fue adoptada como un programa de la misma manera que lo fue el Programa Madre-Ni�o, el Programa de vacunaci�n o de tuberculosis u otros. Es decir que la APS, al haber sido reducida a un programa como cualquier otro, lo deform� y lo puso en un plano secundario, evitando de esa manera alcanzar la meta �Salud Para Todos en el a�o 2000�. De esta manera hoy nos encontramos con una numerosa poblaci�n pobre e �ndices sanitarios bajos, con brechas econ�micas sociales cada vez mayores, en evidente inequidad en la atenci�n de los Estados a estos grandes grupos poblacionales, que desesperados por lograr sobrevivir no ven en los sistemas de salud respuestas a sus necesidades imperiosas.

La pol�tica neoliberal aplicada en salud particularmente desde la d�cada del �90, se caracteriz� por la aplicaci�n de reformas que, lejos de resolver el problema sanitario integral, fortaleci� el asistencialismo y profundiz� la inequidad. La participaci�n popular fue incorporada, mas como un mecanismo de legalizaci�n de las acciones del modelo neoliberal, pero de ninguna manera que contribuya a resolver los temas estructurales ligados a la pobreza y al ejercicio de los derechos de las poblaciones.

Las nuevas Constituciones pol�ticas de los Estados incorporan de manera mas clara temas y conceptos como lo plurinacional, la interculturalidad y los derechos fundamental�simos de las personas y poblaciones. El cuidado de la naturaleza adquiere una importancia particular. En una amplia mirada sustentada no es posible vivir bien si no se respeta a la naturaleza, es decir solo es posible ejercer derechos si vivimos en armon�a con la naturaleza. Por tanto, la naturaleza no puede ser utilizada como un espacio factible de hacer negocios porque, sencillamente, la floresta, los animales y los seres humanos conviven en armon�a siempre que haya reciprocidad y respeto permanente.

La dimensi�n intercultural que de pronto va siendo puesta en el centro del debate tiene la virtud de obligarnos a abordar el tema desde diversas vertientes: epistemol�gicas, sociol�gicas, antropol�gicas, pol�ticas o jur�dicas. Es decir que lo intercultural no es solo un hecho cultural, sino que m�s alla de ello adquiere connotaciones pol�ticas que el sector salud no debe desatender.

Existen en el sector salud fuertes tendencias a estructurar indicadores que muestren el mejoramiento de la salud de las poblaciones pobres con la aplicaci�n de algunas t�cnicas tradicionales, sean estas formas de atenci�n o el uso de medicamentos de manera tradicional. Lastimosamente nuevamente se observa la existencia de tendencias en las elaboraciones de indicadores que reducen lo intercultural a datos que hacen referencia a la infraestructura, a la participaci�n de parteras en un �mbito de condescendencia interesado en conseguir las metas de parto asistido, al uso de la bot�nica para fines terap�uticos y otros. Estos tipo de indicadores, lejos de acercar al m�dico tradicional y a la poblaci�n, lejos de compartir el saber y de actuar con el debido respeto a la sabidur�a tradicional del mismo valor que la occidental, cada uno con sus debilidades y sus potencialidades, con enorme frecuencia generan en la poblaci�n y el m�dico tradicional desconfianza porque con frecuencia encuentran que son utilizados y no respetados.

Estas razones llevaron a que los Ministros del �rea Andina ordenara al Organismo Andino de Salud � Convenio Hip�lito Unanue (ORAS-CONHU) la elaboraci�n del An�lisis de Situacion de Salud con enfoque intercultural, que ha sido entregado a los se�ores ministros en la Reuni�n de Ministros de Salud del �rea Andina en marzo reciente, el mismo que orden� la validaci�n en reuniones de los equipos de informaci�n de los pa�ses andinos y concertados con organismos como la Organizaci�n Panamericana de la Salud, la Organizaci�n Mundial de la Salud, UNICEF y otros, que han ido trabajando con el mismo esmero t�cnico en este campo, de modo que antes de fin de a�o, se hubiesen incorporado al menos en los sistemas de informaci�n de salud de los pa�ses de la regi�n.

Esta es una tarea particularmente importante porque permitir� identificar las determinantes sociales, el grado de reconocimiento e incorporaci�n de los saberes tradicionales y por supuesto el mejoramiento de la salud de la poblaci�n de los pa�ses andinos.